Un aspecto importante que ha surgido en varios momentos durante esta
experiencia de aprendizaje, tiene que ver con la colaboración. Realmente la colaboración se confunde
con otros términos y prácticas. El concepto colaborativo tanto en
la realidad como en la virtualidad es el mismo. Pero antes de pensar en buscar
definiciones de colaboración (que debe haber toda clase de versiones), quiero
compartir con ustedes mi opinión y experiencia.
Ante todo pienso que aprender a colaborar implica una práctica
rigurosa que conlleva un procedimiento y debe iniciarse desde temprana edad en el ambiente escolar y en el hogar. Es
muy difícil que alguien que nunca ha colaborado trabaje colaborativamente. Por
lo general, cuando le decimos a un grupo de personas que trabajen
colaborativamente, la tendencia es la de dividirse el trabajo. Luego con cada
una de las partes, que lleva la identidad de quien la hizo hacen un
todo. Eso no ha dejado de ser un trabajo individual, cada uno hizo su
parte, estilo rompecabezas.
Trabajar colaborativamente implica trabajar cada parte en equipo, interactuar,
compartir, opinar, aportar y mejorar poco a poco el producto final entre todos
los participantes. La Tècnica del
Puzzle d’Aronson me ha dado muy buen resultado. Para implementarla hay que planificar bien cada actividad y en momento de ejecutarse los participantes deben entenderla claramente.
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